A primera vista, crear tu propia plataforma de gobernanza parece la gran victoria. Tienes control total. Puedes adaptarla exactamente a las necesidades de tu familia. Y, al fin y al cabo, ¿quién conoce mejor tu negocio familiar que tú?
Suena casi demasiado bueno para dejarlo pasar.
Y ahí está precisamente el problema.
El encanto del “hazlo tú mismo”
Seamos honestos: todos hemos pensado “¿por qué pagar por algo que podríamos crear nosotros mismos?” Y con las herramientas de IA actuales, ¡todo parece posible!
Para las familias que quieren ahorrar y mantener independencia, la idea resulta tentadora. Diseñas un plan, contratas a un desarrollador (o haces algo de código asistido por IA), involucras a tu equipo de TI y, en unos meses, tendrás tu propio hub privado.
¿Cierto?
Aquí es donde la realidad se impone…
El golpe de realidad
Hemos visto esta historia muchas veces. Familias que deciden construir su propia plataforma. Se van con las mejores intenciones.
Uno o dos años después, esto es lo que nos cuentan cuando regresan:
1. El mantenimiento nunca termina
Una plataforma es como un jardín: si no la cuidas constantemente, se vuelve inmanejable. ¿Y quién termina haciéndolo? Tú.
Cuando algo falla técnicamente, no hay a quién llamar. Una simple actualización o configuración puede romper una integración o provocar un error, y nadie más puede ayudarte.
Solo tú, buscando la solución mientras todos esperan.
2. La seguridad no es opcional
Proteger información sensible no es algo que se pueda dejar para después.Requiere planificación, previsión y, sobre todo, experticia.Y aunque logres configurar algo, la seguridad necesita monitoreo constante. Los hackers no descansan.¿Dejarías tu información familiar en manos de alguien que “va aprendiendo en el camino”?
3. Los permisos son una pesadilla
La gobernanza trata de quién ve qué. Ajustar correctamente los accesos entre familiares, asesores y juntas es uno de los aspectos más difíciles del desarrollo de software.
Demasiado abierto: comprometes la confidencialidad.
Demasiado cerrado: generas desconfianza y bloqueas el flujo de información.
4. Los costos no terminan nunca
Construirla es solo el principio. Lo que parece una inversión única se convierte pronto en una cadena de gastos silenciosos: actualizaciones, soporte, auditorías, capacitaciones...Y al final, muchas familias terminan con una herramienta lenta, incompleta y olvidada, en lugar de un espacio vivo de colaboración.
5. Sin apoyo ni acompañamiento
Se piensa: “una vez que la plataforma esté lista, todos la usarán. ”Pero no funciona así.Requiere trabajo constante: generar contenido, mantener el interés y capacitar usuarios.Sin un equipo que acompañe el proceso, la plataforma puede apagarse antes de despegar.
Por qué las familias regresan a Trusted Family
Cuando vuelven, no es porque su idea fuera mala. Es porque entienden que no necesitan reinventar la rueda.
Con Trusted Family tienen:
- una plataforma probada, usada por más de 200 familias en el mundo.
- Un equipo de Customer Success que acompaña todo el proceso: capacitación, soporte y mejores prácticas.
- Una comunidad global de pares para aprender y compartir experiencias.
- Seguridad y cumplimiento integrados desde el primer día.
- Innovación continua, sin costos ocultos.
Todo lo que querían construir, pero sin el estrés ni los gastos inesperados.
La conclusión
Sí, podrías construir tu propia plataforma. Y en teoría, suena como una gran idea.
Pero cuando aparecen los costos ocultos, los riesgos de seguridad y la carga de mantenimiento, la historia cambia.
Por eso tantas familias que lo intentan terminan volviendo a Trusted Family, una plataforma nacida para dos familias fundadoras y perfeccionada durante casi dos décadas con la experiencia de cientos de familias alrededor del mundo.
Podrías hacerlo tú mismo. Pero el movimiento más inteligente es aliarte con quienes ya lo hicieron (y lo hicieron bien). 😉
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